domingo, mayo 10, 2009

Mail a Lina Rúa

Mi Lina, voy a serte tan sincero como pueda...

Las noticias no son buenas como me las temía. Y créeme que eso me ha dolido demasiado. Desde que llegué de Medellín, donde la pasé fenomenal pese a tanta llovedera, no he podido ver a esta persona en la que pienso el 90% de mi tiempo.

Me ha tocado reconocer, por un lado, que nuestros horarios no coinciden en lo más mínimo para que podamos vernos. Con decirte que yo tengo que salir de la Universidad a las 11:30 de la mañana y ella está llegando al mismo lugar a eso de las 11:50. Ni yo puedo salir más tarde ni ella llegar más temprano. Este fin de semana tampoco nos hemos podido ver debido a que yo tengo horario de trabajo de 5 de la tarde a una de la mañana. Y como es día de la madre ella tenía que estar con los suyos.

La otra cosa de la que me he dado cuenta es que no le intereso mucho. Con decirte que hemos hablado una sola vez por teléfono desde que llegué y pese a que le he enviado mails y mensajes de texto no ha respondido ninguno. El miércoles que hablamos quedamos en que tendríamos esa trascendental conversación, pero más nada: así que no le veo interés.

Lo malo es que eso me ha vuelto a sumir en la monotonía de siempre, la misma que ella había roto cuando le dio por cruzarse conmigo. Y esa monotonía es lo que más odio de esta ciudad: casa, estudio, trabajo, casa...

Pero bueno, en cuanto a lo de César lo único que te puedo recomendar es que no lo busques, que no te comuniques con él, que lo evites en lo más posible. Créeme que cualquier cosa que hagas en este momento por él puede ser visto como una mala intención. Y por el otro lado tú ya andas en otro cuento y es eso lo que debes disfrutar. A él le tocó perder en esta partida y vos no te podés quedar mirando hacia atrás a ver que pasa con su suerte. Vos decidiste dejarlo, y cuando se toma esa decisión hay que asumirla en todas sus facetas, porque de él no podrás ser amiga. Así que relájate y disfruta.

Lo bonito ya es pasado, anecdotario para recordar alguna vez cuando uno se sienta a pensar, tomar vino y fumarse algo de hierba... Y nada de sentirte mal... Y bueno, te agradezco de nuevo las tres mujeres de cabellos ardientes que me regalaste en Medellín, de verdad que me hacían bastante falta. Te veo sonreir, pilas pues.

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