lunes, noviembre 17, 2008

Hola Prince

Mira mi niña: para uno como hombre es muy difícil reconocer que una mujer lo supera en gambetas, goles, partidos jugados, sangre, sudor y lágrimas dejados en una cancha. Para uno es imposible concebir que una mujer hable con más autoridad de las proezas de Maradona, la dirección de Klinsmann, o la época dorada de Cruyff; que se haya leído los libros de Valdano que nunca visité o que haya escrito más notas periodísticas criticando el mal fútbol que padecemos. Es demeritorio saber que mientras tú ya tienes en tu palmarés un partido en el que dejaste a una rival con fractura, yo apenas he reventado algunas narices, pero no por merito futbolístico sino por la vieja costumbre de terminar en trompadas lo que había empezado en balompié.

Ante el equipo no se puede reconocer que las canilleras son prestadas; y menos por una niña... O que la noche anterior se recibió una charla técnica a media luz por una jugadora que a fuerza de patadas se ha pasado jugando por la vida. Y ahora escribe sobre eso. Basta con decir que fueron dos goles con destinatario propio y un tercero que el palo negó por el maldito capricho de no hacer que la vida sea perfecta.

Y sí, no puedo negar que en una cancha me llevas muchos goles de ventaja. Con tu sonrisa diaria y tus ocurrencias me juego el partido de mis mejores días y me alegra cada una de esas largas conversaciones que a diario tenemos.

Me has dado el ánimo que necesitaba para un encuentro que iba perdiendo... en adelante espero que otro sea el partido y que el marcador sea favorable.

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