jueves, diciembre 11, 2008

Hasta que se llegaron las vacaciones recreativas



Bueno, solo fueron un par de horas. La escafandra por los escasos minutos de una reportería que contó con aeróbicos, veletas, niños corriendo y brincando por todos lados... Y caramba, que la vida es fácil cuando le da la puta gana.

Y ahora que he tenido dos minutos de felicidad me he dado cuenta de cuánto resentimiento se va generando en el corazón cuando duele más y más y mucho más cuando se ha querido. Pero no se corresponde... Presiente el alma que mi dolor acaba. Y causa un gran dolor y más dolor cuando te han herido, cuando te han mentido...

Había olvidado el placer de jugar con niños, de correr por el parque como si se tuvieran 14 años menos y una tonelada de prejuicios olvidados. Caramba que la vida es fácil cuando no se mira la hora para salir, cuando la creatividad se vuelve a encontrar con un pedazo de cartulina... y cuando se mira el mundo como un captricho de algunos guapos que sólo saben hacerse pis unos a otros. Y cuando las afrentas son acaso un dato de contexto que poco importa... Necesitaba muchos días como este... y que vuelva a mi el brillo de los ojos, el recreacionista perdido, el primo ideal que siempre tiene un chiste, una broma... el que no deja que se apaguen las fiestas familiares, el tipo que siempre vestía una sonrisa. Qué ha pasado mi pips??? Caramba, qué me ha pasado.

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