sábado, abril 18, 2009

Adiós

Puede doler mucho y nos podemos negar pero ha llegado el momento de la despedida. Fue bonito y me alegra haberte conocido y haber compartido momentos tan hermosos durantes este par de semanas. Discúlpame mi egoismo pero no me quiero enamorar, no quiero dar un paso más en esa dirección porque no me siento capaz de estar con otra persona.

Me puedes decir cobarde o lo que quieras, pero esta vez no me quiero hacer daño. Hoy disfruté mucho el almuerzo pese a todo la pataleta de que la salsa no tenía la consistencia adecuada. Y me sentí feliz en ese momento... al terminar sabía que el letargo de la tarde me dolería por cada paso del reloj. Que la noche llegaría conmigo en una reunión de compañeros en la empresa y contigo en una rumba donde tus amigas se han procurado unos buenos pretendientes para tí. Y espero que la pases muy bien. Igual, si no te llevaran a alguien estoy seguro que allá te levantarías alguno, eres una persona que no suele pasar desapercibida.

Yo vuelvo este rincón donde me he refugiado desde un tiempo inmemorable. Ahora soy Felipe Toro Sentado y Felipe no querer hacer nada por el amor. Felipe no querer perder otra vez. Felipe ya no quiere aventuras ni palabras falsas. Felipe ya no querer volver a amar, por eso Felipe volver a sentarse en su sillón a esperar que la vida pase y la muerte llegue. Felipe no querer amor, Toro Sentado estar feliz así.

Gracias por todas y cada una de las cosas que me regalaste, y quisiera no tenerte que extrañar, niña hermosa. Un beso, el que nunca nos dimos. Cuídate...

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