miércoles, abril 08, 2009

Aprender a perder...

Viejo, te toco perder y como tal debes aceptarlo. Asumir la derrota, de la misma forma como nos hemos regocijado en la victoria. Las cicatrices hablan de una historia de lucha, una vida llena de sobresaltos, encuentros y desencuentros que nos han enseñado a vivir.

Una semana difícil en la que daría lo que fuera por estar en Cartagena, la misma ciudad que alberga por estos días a la señora de mis pensamientos, a mi tia Cecilia, a Juliana (podeis creer el dúo) y a la mitad de colombianos que no tuvieron que trabajar por las festividades. Y mientras todo el mundo quiere que la semana se detenga y se alargue yo no veo la hora de que todo vuelva a la normalidad, las clases del diplomado, el trabajo en el horario normal, la expectativa en los negocios que corren por mi bolsillo. Caramba, nunca creí decir eso. Igual toca esperar y todavía es jueves... Que vaina, si la estuviera pasando bien ya sería domingo.

Cuánto me gustaría que el compañero de viaje de la Julis no fuera mi tía Ceci sino yo. Que de un momento a otro hubiese resultado el viaje y fuéramos los dos los que nos tomáramos esta semanita para los dos. O que hubiese viajado con ella, con la mujer que me trae levitando desde hace un par de semanas.

Pero por ahora solo levitar en esta oficina, sola como pocas veces...

No hay comentarios.: