jueves, abril 16, 2009

La confirmación del sexto sentido

Mi divina, hoy cuando te veía comer en el restaurante confirmé mis sospechas. Mi sexto sentido no me falló y al ver la pasión con la que hablabas, las pausas, las miradas, cada una de las cosas que hiciste confirmé que eras la dama en mis sueños. La persona que buscaba aunque ahora mis prevenciones me impidan lanzarme al vacío.

Cuando llegué a clase sentía una gran tristeza de saber que muy pronto cada quien tomará su destino, seguirá su camino y es posible que la suerte no quiera que nos encontremos de nuevo. Minutos después estaba, como siempre, bailando en tu aroma, sonriendo gracias a tus gestos y viviendo en el sueño de diario de las mejores tres horas. En realidad hoy fueron cuatro con la invitación a almorzar.

Ahora solo pienso en nuestra última cita escolar, la de mañana y en el almuerzo que preparemos el próximo sábado. Espero que ese día no sea una despedida sino el comienzo del verdadero sueño. Sé que el camino no es fácil y que el miedo me aborda, justo ahora, cuando estoy parado en el lugar que tanto soñé. No me quiero equivocar pero también quiero multiplicar las mejores horas que he vivido en esta ciudad. Ahora los lugares tienen un referente, un color, una anécdota que quiero recordar. Espero que estas maripositas no mueran nunca más, que el miedo, un antagonista de mi sexto sentido no vaya a dar al traste con todo esto.

Te veo en clase, y si no nos volvemos a ver, no dejes de leerme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paisita es la hora que no dejo de leerte así como lo escribiste....