jueves, junio 25, 2009

Carta a Natalia

Hola mujer de mis recuerdos...

Esta vez no te enviaré el mail, lo dejaré aquí expuesto a los pocos usuarios de este blog. He de contarte que el fin de semana pasado vi la versión adolescente de la película Ser y Tener y que para esta ocasión se llama La Clase. Ojalá te la vieras porque de seguro te generaría un revolcón interior como me lo ha generado.

Fui a verla con una amiga alemana con quien he compartido mis últimos días... sin embargo este carta sin enviar no es para hablar de mis últimos affairs. Te cuento de ella porque fue quien me indujo a las reflexiones post película, similares en algunos casos a las que discutí contigo después de Ser y Tener.

Últimamente he vuelto de nuevo sobre mis lecturas y debates de política... siempre defiendo al ser humano por supuesto. Me gustaría tenerte conmigo pese a que no solíamos compartir algunas posiciones y siempre me calificaste de izquierdoso trasnochado, guerrillero aculillado. Ese humor tan tuyo.

Con Alex, la seudo novia alemana, hemos hablado de trabajar por la integración. Nunca había medido esa palabra y siempre la supedité a sinónimo adaptación. Ahora veo que no conozco los límites de ese vocablo.

También te cuento que he tomado decisiones radicales para mi vida de las cuales espero ejecutar muy pronto. Mis estudios están casi terminados y he logrado lo que habría soñado para mi vida pero cuando tuviera 35 años. He vuelto sobre la fotografía pese a que ya no tengo tu cuerpo desnudo para aprender las técnicas de sombra ni la textura de tu piel pecosa.

Cuando desearía haber visto esa película contigo, de verdad que estoy seguro que le hubiésemos sacado tanto gusto y tanto filo como la vez que vimos Ser y Tener. Que rico una buena cena, esta vez sin vino y sin humo porque he decidido dejarlos, pero con una de esas largas conversaciones que tanto disfrutábamos. Espero que igual que yo, tu vida siga cultivando esos placeres-deberes de tener una posición frente a la agobiante realidad de todos los días.

Un beso príncesa, ojalá tu vida sea tan feliz como siempre te la has merecido.

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