domingo, junio 07, 2009

Declaro la paz

Debo reconocer que en las últimas noches he llorado, desconsolado, con todas mis ganas... Mi trabajo se ha convertido en un conteo de muertos por miles de razones. 34 en las protestas de Perú, 18 en un enfrentamiento entre carteles y el Ejército en México, una mina antitanques en Afganistán y ataques en Irak... En todo el mundo muere la gente y yo sigo apoltronado y olvidando el héroe que alguna quise ser.

Fue en otro tiempo que declaré que ninguna bala era necesaria y ahora registro los muertos del pueblo, impotente, y arrugando los principios que alguna vez prometí para mi vida. Que bonito es seguir una izquierda cuando se está en la universidad y olvidar todos los preceptos cuando uno se apoltrona en un sueldo que supera en casi una decena de veces el mínimo de este país.

Ahora cuando tomo café, aguanto frío y fumo hierba en la terraza me siento un yupi más que el hombre que alguna vez llegó a defender abiertamente ideas políticas y sostuvo un debate público en favor de la oposición política y en contra de la lucha armada; ahora me parece extraño el hombre que alguna vez escribió una columna para un periódico de izquierda defendiendo que si el Ejercito no existía, no existía la guerra, que nada estaba por encima de la vida... otros años, otras épocas que ahora duelen, ahora justo cuando no puedo sentarme en la ventana a crear el mundo.

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