sábado, junio 13, 2009

Con el perdón de ustedes

Muchachos, sé que me han de odiar con todas sus ganas cuando el próximo martes se encuentren con mi carta de renuncia al proyecto. Con José y Julián planeé meticulosamente cada detalle, medí cada palabra y debatí las posibilidades que teníamos para crear la revista.

Me duele irme en este momento tan decisivo y si bien tengo pocas razones creo que la decisión se justifica para darme tranquilidad en muchas cosas. Espero con todas mis ganas que el día del lanzamiento se adjudiquen un éxito total, algo nunca antes visto en la universidad y marquen un precedente de los trabajos que se esperan del diplomado. Yo no estaré ese día porque se me cae la cara de la vergüenza ahora que me voy sin despedirme de ninguno de ustedes. Espero me disculpen y cuando nos encontremos de nuevo en la cafetería me brinden su saludo: ¡Cómo los amigos que se reían en las clases!

De verdad que no hay una razón que justifique mi decisión. No me voy por los debates que sostuve con Patricia: nunca le he tenido miedo a la controversia y al diálogo, antes por el contrario me gustan los procesos que se van afinando por la diferencia de pensamientos. Si alguna vez, en las airadas tomas de decisiones, los llegue a ofender, les pido mis más sinceras disculpas. Muchas veces enceguecido en mis propios pensamientos, o celoso de que mis propuestas iniciales no fueran respetadas, defendí a capa y espada lo que creía era lo mejor. Este proceso es de argumentos y yo traté de defender los míos. Y Patricia con sus críticas los fortaleció mucho más que la actitud infantil y desesperante de La Magola (¿Cómo es que se llama?)

Tampoco me voy por alguna razón que tenga que ver con Carolina. Todo ustedes saben de la relacion extra clase que hemos tenido. Aunque en términos de balance ella gana con mi salida, por lo menos en tranquilidad. Ahora sus papás han de estar más felices cuando sepan que su hija no tendrá distracciones en las clases. Y Otto será feliz cuando ya no exista el corto circuito que generábamos ambos, incluso cuando nos sentábamos en los extremos opuestos del salón. Ya no habrán más gritos, notas que volaban de puesto en puesto o analogía de movimientos que hicieron pensar a Otto que éramos siameses.

De verdad muchachos que les voy a extrañar, y me encantará recordar todos esos hermosos momentos que a vuestro lado he vivido en casi un semestre. Hoy, cuando con Jose planeábamos la diagramación me sentí el más culpable de todos los mortales. A Alexa, y sus encantadoras curvas que nos mantenían en vilo, le quedo debiendo el almuerzo tantas veces prometido; a Angie ya no habrá quien la moleste y le recuerde que los anzuelos estorban en la boca. A todos, muchachos, que la vida los guarde.

Sé que muchos recuerden con esta decisión la historia De aquí a la Eternidad. Bueno, por lo menos los que éramos niños en los 90's o los que se gastaron el buen rato de leer esa historia que tanto marcó a muchas generaciones de jóvenes embolatados. En este caso, tanto como en aquel, yo tampoco tengo explicaciones.. Yo no conozco las razones, pero de que las hay, las hay. Y créanme, estarán má tranquilos. Un abrazo a todos, incluida la Magola y sus súper (.)(.)

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