lunes, octubre 27, 2008

Ganamos, que era lo importante

Hasta que se llegó el día de volver a jugar fútbol. La cancha no era la mejor ni los equipos los más técnicos. Era la primera vez que nos encontrábamos para jugar y sin embargo el ánimo evitó que entraramos en diferencias.

El equipo rival estaba conformado por trabajadores de Aviatur, y al parecer saben mucho de aviones o de planes turísticos; de fútbol todavía muy poco. Estuve todo el tiempo en la cancha y aunque no me destaqué como en otras ocasiones no fue necesario. Ganamos con un gol de penalti y el otro equipo se comió el empate miles de veces. El arbitro era una caricatura.

Lo que si lamenté es que no hubiese a quien dedicarle ese pequeñísimo triunfo. Si hubiese marcado un gol en quien pensaba? Diana, no, a ella que le va a importar eso. Eran otras épocas cuando hacía goles en el colegio y siempre miraba a ver dónde diablos estaba La Chiki para hacerle saber que ese tanto era en su honor. Y los amigos lo abrazaban a uno y le decían: la mataste parcero, la mataste.

Cuando en realidad el que la mataba a ella estaba en otro colegio. Mi historia siempre es la misma. Ahora La Chiki daría lo que fuera por una llamada mía (así me lo ha dicho) ¿Para qué, ya para qué?

Siempre llego demasiado tarde o demasiado temprano. Ya me estoy aburriendo de esto... Reputamadre, ya no quiero nada, no quiero saber nada. Todo da lo mismo, porque Diana se fue y se llevó todo. Puedo ser un imbécil, puedo ser lo que sea, pero ella se ha llevado todo, esta es una casa vacía que ya poco importa.

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